lunes, 23 de junio de 2008

Santo Antonio - El principio del fin

Hola a todos.

Después de un mes sin escribir vuelvo a publicar unas líneas y unas fotos, que comienzan a ser las últimas. Como muchos ya sabéis, el próximo 4 de Julio vuelvo a casa, a Villalba. Han pasado 18 meses desde que llegué aquí, a esta ciudad que tan maravillosamente me ha tratado y llega el turno de partir en breve. Pero este no es aún el artículo de la despedida y espero que aún queden dos o tres más, así que "a lo que estamos tuerta, que se rifa un ojo".

Santo Antonio (13 de Junio) es el patrón de Lisboa y los mayores festejos se celebran la noche del 12 al 13 de Junio, aunque durante toda la semana anterior ya se puede oler el ambiente prefestivo, sobre todo en el Barrio de la Alfama.


Como se puede ver, la decoración de las calles es austera. Guirnaldas de colores chillones cruzan de acera a acera y pueblan las plazas donde la gente se junta a beber y a comer. En cualquier rincón del barrio puedes encontrar una parrilla donde varios vecinos comparten (entre ellos normalmente, aunque a veces también con los visitantes) algunos de los manjares que mencionaremos más tarde.

Entre esta decoración puedes encontrar varias imágenes y altares de Santo Antonio, que resulta ser un Santo casamentero al que se le pide novio o novia (según se prefiera). Dentro de esta tradición celestiniana se encuadra el "Manjerico", una planta que se regala a las novias/mujeres y que sólo puede olerse tocando levemente las hojas con la mano y acercándolas a la nariz si no se quiere que el amor se marchite.

Es una fiesta como las que nos gustan, de esas de vivir en la calle, en cada una de las cuestas y escaleras del barrio, altavoces asomándose por las ventanas, y mesas y sillas improvisadas en una especie de "Restaurantes" más próximos a las txoznas que a una terraza de verdad.

Lo que se come esa noche, pues como se puede ver en la fotografía es cosas a la brasa, sobretodo SARDINAS ASADAS. La sardina es a las fiestas de Lisboa lo que el Toro a los Sanfermines y normalmente es el motivo del Cartel de las fiestas.


Bueno, lo dicho. Que lo que se comen son Sardinas con Pan (en la siguiente foto), Pimientos asados, carne a la brase y Caldo Verde (como no, tenía que haber sopa) todo regado con Cerveza portuguesa o Sangría y a poder ser sin cubiertos (no, la sopa es con cuchara, vale). Eso sí, siempre bajo la estricta mirada de la inspección sanitaria de turno (¿Donde estará o que coño hará esta gente el resto del año?).

El olor que has pillado al lado de la brasa no se te va a ir en toda la noche, pero además cuando te acerques las manos a la cara recordarás que has comido Sardinas y eso aunque te hayas tragado después unos churros (u otras "farturas") de postre (Silvia, tienes que darme las gracias por no subir cierta foto) que también son muy típicos en esta noche.

Después de todo esto, ¿qué se hace? Pues estar en la calle, tomarse unas cervezas, ver como se va llenando poco a poco todo el barrio e intentar encontrar un lugar donde la masa no sea muy agobiante. Y para el que quiere, y un guiri como yo lo tenía que ver, están las "Marchas de Santo Antonio" que se celebran en la Avenida de la Libertad.


¿Y eso que "éh lo qué éh"? (Se preguntara alguno). Pues creo que la mejor forma de definirlo es como un sambódromo pequeñito, montado en plena Avenida principal de Lisboa y donde las Juntas de Freguesía (unidades administrativas equiparables a lo que sería un Barrio en España) de Lisboa danzan y muestran sus coreografías y carrozas a un jurado que se encarga de determinar la Junta ganadora.





La fiesta dura toda la noche y aunque yo no me quede tanto, dicen que cuales Pamplonicas fiesteros, puedes encontrar a mucha gente de las marchas vestidos de fiesta intentado volver a casa cuando el sol ya luce bien alto en Lisboa. Yo me lo creo, pues realmente, nunca vi tanta gente en Lisboa en la calle a las 11 de la noche.



En resumen, una fiesta muy recomendable para quien, coincidiendo en las fechas, visite Lisboa en esta época. Yo he de agradecérselo a mis cicerones particulares (en la foto de arriba) que han hecho de esta, así como de otras muchas noches, que mi estancia en Lisboa vaya a ser inolvidable.